En un anterior artículo (Publicad, publicad, malditos) ofrecí una visión de la comunicación a través del ordenador en las redes sociales no muy positiva: el conocimiento que escapa de nuestro control y quién se aprovecha y mucho de tanto desperdicio informativo. Hoy observo un aspecto beneficioso que los estudios en psicología demuestran, la importancia del apoyo social on line, aportando así, otra visión de la realidad.
Como todos ustedes comprueban día a día y saben, la difusión de Internet y el desarrollo de las redes sociales, ha permitido un crecimiento exponencial (crece muy rápidamente en el tiempo) de participación en la comunicación mediada por ordenador (CMO). El anonimato y la ausencia de algunas claves sociales: género, edad o aspecto físico, (ya saben, ponemos nuestra mejor foto, nos quitamos algunos añitos y no revelamos nuestros defectos físicos) son dos características nucleares en este tipo de comunicación que permiten su rápido desarrollo.
Los estudios iniciales sobre los efectos del anonimato mediante la CMO en el comportamiento, se centraban en aspectos negativos: la pérdida de la individualidad, el aumento de la hostilidad hacia los demás o la reducción de la atracción entre los miembros del grupo, (tomar copas con amigos, vamos…) haciendo que se retroalimentara la soledad y el distanciamiento en las relaciones sociales. En la actualidad, diversos estudios han analizado y demostrado los efectos también positivos de la interacción en situaciones de estrés mediante la CMO, subrayando el efecto beneficioso que la participación en foros, chats, blogs, contactos, tiene. La participación en las comunidades virtuales muestra nuevas posibilidades de interacción, creando y manteniendo nuevos vínculos sociales (amistades, relaciones afectivas y profesionales),que reducen el sentimiento de soledad y permiten interacciones más productivas y frecuentes entre participantes aislados.
Una característica significativa en la CMO, mostradas por los estudios de psicología social, es la identificación con el grupo. Esta identificación se muestra eficaz porque permite que las personas sean percibidas substancialmente en función de lo que comparten y no tanto por sus rasgos y características físicas e idiosincráticas. ¡Bien!, ¿No?. ¡Es lo que todos buscamos, que se nos valore por nuestro ser y no tanto por nuestro parecer…! Esto, permite una mayor relajación en cuanto a saber que uno es aceptado no por su aspecto sino por su aportación al grupo. Sabemos desde la Teoría de la Identidad Social, que las personas que se perciben a sí mismas compartiendo con otros miembros la idea de pertenecer a un mismo grupo, se muestran más motivadas para buscar acuerdos y realizar comportamientos acorde con esa pertenencia grupal. Es decir, encontramos mayor complacencia en las posturas divergentes de nuestros compañeros y colaboradores si creemos que todos tenemos un objetivo loable y compartido. También sabemos que las situaciones de estrés disminuyen porque aumenta la posibilidad de que las personas reciban apoyo social de su grupo y lo acepten. Ya saben… todos esos me gusta, esos compartir post, esos retweets a seguidores, esas opiniones mostradas, se traducen en un refuerzo emocional sin interacción física, lo cual demuestra el alto poder de los clics. Así que estimados internautas, continúen ustedes con la interacción virtual, parece que los científicos tienen pruebas de su salubridad emocional.
P.D.: Si alguien está interesado en conocer los estudios sobre los que he sacado la información, tan sólo con un mail, los tendrá a su disposición.