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Psicólogo para Adolescentes Alicante

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Principales psicopatologías en niños y adolescentes

A continuación describo los trastornos y problemas más usuales que en psicología pueden presentar los niños, ofreciendo algunas pautas de tratamiento.

1. Problemas de conducta

Los problemas dentro y fuera de casa

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2. Problemas del ámbito escolar

Los problemas en el ámbito educativo

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3. Trastornos del estado de ánimo

Depresión, distimia y duelo infantil

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4. Trastornos de ansiedad

Ansiedad, separaciones, TOC, TAG...

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5. Trastornos de alimentación

Anorexia, bulimia y otros trastornos

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6. Trastornos de eliminación

Enuresis y encopresis

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7. Trastornos de hiperactividad

Trastornos con o sin déficit de atención (TDAH)

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8. Trastornos del sueño en niños

Insominio, pesadillas, apnea y otros

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1. Problemas de conducta

Sumisión, timidez, déficit de habilidades sociales, ira, agresividad, impulsividad, bajo rendimiento escolar.

 

Los principales problemas de conducta

Contrastadas investigaciones no ofrecen lugar a dudas: la familia juega un papel decisivo e insustituible en el proceso de desarrollo y maduración del individuo.
Pero este proceso no está exento de riesgos y son muchas variables las que interactúan para beneficiar o perjudicar el ajuste del niño
La Terapia comienza evaluando algunas áreas de conflicto:

  • Estilos educativos: Elemento clave, disciplina dura (gritos, bofetadas, echar de casa), comportamientos hostil y controlador (usar las amenazas y las conductas hostiles), la disciplina incoherente (el mismo hecho a veces se castiga y a veces no, creando un ambiente impredecible y fuera de control).
  • Estructura familiar: tipo de comunicación, tipo de control (normas rígidas o flexibles) y tipo de cohesión (lazos sentimentales fuertes o débiles).
  • Ajuste marital de los padres: los conflictos y las malas relaciones entre los padres originan o mantienen muchos problemas psicológicos infantiles.
  • Divorcio o separación de los padres: un proceso a veces inevitable que cuando es mal abordado a nivel familiar, es un factor de riesgo importante para el desarrollo de algún trastorno infantil.
  • Psicopatología de los padres: la presencia de algún trastorno en uno o en ambos progenitores supone un factor de riesgo que es necesario evaluar.

¿Cuál es el tratamiento?

Seguiremos los siguientes pasos:

  • Crear una buena relación terapéutica con todos y cada uno de los miembros de la familia, favoreciendo un clima de colaboración y trabajo en equipo a través del entendimiento, la empatía.
  • Evaluar de forma individualizada cuáles son los factores que originan y mantienen los problemas.
  • Explicación pedagógica individualizada y en grupo de por qué ocurren y se mantienen los conflictos.
  • Marcar unos objetivos a alcanzar en el tratamiento.
    Diseñar un tratamiento adecuado a las necesidades de cada familia, y dentro de ella, de cada miembro, entrenando al niño y a la familia en habilidades alternativas a las que actualmente utiliza y ayudándole a afrontar las dificultades de un modo más racional.
  • Demostrar afecto al niño, Estimular su desarrollo, Prestar apoyo físico y emocional, Fomentar su autonomía, Facilitar la comunicación, Permitir y potenciar la integración en la sociedad, Dotar de habilidades para la solución de conflictos, Establecer límites y normas que le den seguridad.

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2. Problemas del ámbito escolar

Fracaso escolar, problemas de conducta en el aula, acoso y violencia escolar, fobia escolar y miedo a los exámenes.

 

2.1 Fracaso escolar

Una de las cuestiones que más preocupan a los padres, los profesores y la sociedad. Uno de cada cuatro españoles no tiene éxito en su intento de superar las pruebas que se realizan en la escuela y otros muchos aprueban con mucha dificultad. Hablamos de fracaso escolar cuando un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico.

Las causas son múltiples, pero podríamos englobarlas en:

  1. Factores afectivos-emocionales (depresión, baja autoestima, trastornos de ansiedad, situaciones estresantes, separación, estilo educativo de los padres).
  2. Déficit de habilidades, estrategias y metodología de estudio adecuadas.
  3. Trastornos de aprendizaje (destacando la dislexia).

Otro factor importante que está incidiendo en un rendimiento escolar negativo es el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad. Dado el abanico de causas que es muy amplio, es esencial realizar una evaluación detallada del niño y su entorno.


¿Cuál es el tratamiento?

  • Trabajar los problemas que se deriven de la fase de evaluación, interviniendo con el niño, los padres y profesores en un proceso de interacción continua.
  • Dotar al niño de técnicas y estrategias que le permitan aprender eficazmente a través de técnicas de estudio, con el objetivo de desarrollar en el niño/adolescente una sensación de competencia, motivación y autoestima.

2.2 Problemas de conducta en el aula

La desobediencia y la conducta agresiva en la escuela son dos de las principales quejas de padres y educadores. Estas conductas surgen en la interacción entre el niño y las figuras de autoridad, por tanto para trabajarlas es importante evaluar e intervenir sobre la conducta de los padres o educadores y sobre la del niño, la conducta se aprende y podemos desaprenderala de igual modo. La terapia va dirigida a modificar esos hábitos aprendidos y a reemplazarlos por otros más adecuados y saludables


¿Cuál es el tratamiento?

Las estrategias utilizadas:

  • Estrategias operantes (reforzamiento, extinción, tiempo fuera y economía de fichas) que tienen como objetivo fomentar el aprendizaje de comportamientos adecuados y lograr la disminución en la frecuencia de aparición de conductas disruptivas.
  • Entrenamiento en habilidades sociales, cuando las razones del comportamiento inadecuado del niño están determinadas por un déficit de estas.
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2.3 Acoso escolar o bullying

Se define como una forma de violencia mantenida, mental o física, que parte de un escolar o de un grupo, contra otro escolar. Puede ir desde la agresión física y verbal hasta la exclusión social produciendo un gran nivel de sufrimiento y consecuencias psicológicas importantes. La edad de mayor riesgo se sitúa entre los 11 y los 15 años, por que es cuando más cambios se producen, cuando pasan del colegio al instituto. Casi un 6% de los alumnos españoles han vivido en sus propias carnes el fenómeno conocido actualmente como mobbing o Bullying.

El agresor escolar tiene un perfil de agresividad y déficit de habilidades sociales importante contribuyendo al desarrollo de una baja autoestima, baja capacidad empática, dificultades escolares, conductas desadaptativas, por lo que intenta suplir estos déficit con la agresión y la dominancia hacia sus víctima.

Características de la víctima de Acoso:

  • Personalidad insegura
  • Baja autoestima (causa y consecuencia del acoso)
  • Alto nivel de ansiedad
  • Déficit de habilidades sociales
  • Timidez
  • Comienza a tener trastornos psicológicos (depresión, ansiedad, somatización)
  • Más frecuentemente varón
  • Menos fuerte físicamente
  • Rasgos físicos (gafas, obesidad, color de pelo, raza diferente…)
  • Sobreprotección familiar o dependencia
  • Mayor dificultad para hacer amigos
  • Menos populares de la clase (pobre red social)

Las consecuencias son numerosas y graves: fracaso y dificultades escolares, alto nivel de ansiedad, TEP (trastorno de estrés post traumático), fobia escolar, baja autoestima, cuadros depresivos, intentos autolíticos.

Ayudas a los padres: detectar lo que ocurre.

  • Cambios en el comportamiento del niño.
  • Cambios de humor
  • Tristeza, llantos o irritabilidad
  • Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito
  • Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos
  • Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales de forma frecuente
  • Aparece con golpes, hematomas o rasguños
  • No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros
  • No acude a excursiones, visitas extraescolares
  • Quiere ir acompañado a la entrada y a la salida
  • Se niega o protesta para ir al colegio

¿Cuál es el tratamiento?

El primer objetivo será lograr que cese el acoso, protegiendo e interviniendo en el medio escolar y familiar. Dotar al afectado de atención, seguridad e inculcar la idea de que él no es en ningún caso culpable de la situación. Determinar el tipo de acoso. Evaluar los problemas afectivos derivados y tratarlos generando en la víctima un estado de autoestima y confianza.

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3. Trastornos en el estado de ánimo

Al igual que los adultos, los niños y adolescentes pueden tener problemas de estado de ánimo, y entre los más frecuentes se encuentra la Depresión infantil y la Distimia.

 

3.1 Depresión infantil

Supone una alteración del estado de ánimo de forma brusca, es decir, el niño sufre un cambio radical en su conducta habitual. Afecta aproximadamente a un 5% de los niños menores de trece años y la proporción de casos de depresión aumentan con la edad. Esta alteración se presenta de muchas formas y la sintomatología varía en función de la edad del menor.

Síntomas emocionales:
Tristeza, cambios bruscos en el humor, aumento de la irritabilidad, llanto con facilidad, pérdida de interés por actividades que antes les gustaban. Se quejan de forma constante de sentirse aburridos y presentan elevada ansiedad cuando tienen que realizar actividades sociales el niño se muestra demasiado irritable o sensible frente a problemas cotidianos.

Síntomas conductuales:
Hipo o hiperactividad, torpeza, inquietud, inmovilidad, aislamiento social (pueden pasar muchas horas solos), rabietas, elevada inquietud, problemas para dormir y/o pesadillas, suelen tener pérdida de apetito y peso. Disminución importante del rendimiento escolar.

Síntomas cognitivos:
Falta de concentración y problemas para recordar, pensamientos negativos y autoderrotistas, se califican a si mismos como malos, tontos y feos, se sienten culpables. Son propensos a obsesionarse con errores o fracasos menores y presentan una baja autoestima. Suelen tomar la responsabilidad de situaciones que están fuera de su control, por ejemplo problemas familiares o divorcio de los padres.

Síntomas somáticos:
Presentan menos energía y concentración, con frecuencia se quejan de dolores de cabeza y/o estómago, sensación de cansancio, pérdida de peso y/o apetito, problemas en el sueño, aislamiento social, sensación de inutilidad, hiperactividad y elevada irritabilidad.

No existe una única causa para la Depresión infantil sino que se produce por la interacción de factores sociales, familiares y bioquímicos.


¿Cuál es el tratamiento?

Para conseguir buenos resultados se necesita la implicación en la terapia de los padres o tutores y del niño.

El tratamiento con los padres consiste en enseñarles habilidades específicas de comunicación afectiva, de solución de problemas familiares y conflictos, cambio en las interacciones, habilidades personales de manejo de la ira y aumento de la autoestima del menor.

El tratamiento con los niños y adolescentes consiste en enseñarles diferentes habilidades específicas para moderar sus síntomas de bajo estado de ánimo, habilidades de solución de problemas para afrontar las dificultades cotidianas y ayudarles a procesar la información de una forma más adaptativa.

3.2 Distimia

Es una alteración del estado de ánimo que no cumple los requisitos de la Depresión (DSM-IV) ya que los síntomas son menos intensos pero duran más. Los síntomas más frecuentes son:

Altibajos en el estado de ánimo con tendencia a la tristeza e irritabilidad, y esta emoción suele durar todo el día.

Dificultad para disfrutar de las cosas positivas.

Problemas para dormir o sensación de no haber descansado aunque se haya dormido un número de horas suficiente.

Problemas para concentrarse.

Pérdida de apetito y peso.

Quejas frecuentes de dolores de cabeza y estómago.

Baja autoestima.

Dificultad para establecer o mantener relaciones sociales.

Al igual que en la Depresión, las causas de la Distimia son múltiples aunque el ambiente y los acontecimientos de estrés prolongados juegan un papel importante.


¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento para la distimia es muy similar al realizado para la depresión. Puedes consultarlo en el punto anterior.

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3.3 Duelo infantil

Los niños, al igual que los adultos que han sufrido la pérdida de un ser querido, experimentan pena y pasan por unos periodos de duelo; sin embargo en los niños se mezclan la ira dirigida hacia la persona fallecida y la tristeza. El comportamiento de un niño ante la pérdida puede ser muy variado y depende de varios factores, entre ellos: edades del fallecido y del niño, parentesco, causa de la muerte y apoyo social.

De forma general, los sentimientos más frecuentes de los niños ante situaciones de pérdida de un ser querido son: Tristeza o cambios de humor, sensación de vulnerabilidad, inseguridad, falta de energía, dolor de estómago, pérdida de peso y opresión en el pecho. Regresar a comportamientos de edades anteriores: chuparse el dedo, hacerse pis en la cama, sentimientos de culpabilidad, irritabilidad, Problemas escolares, miedo a que suceda algo malo, aislamiento social, manifestar de forma constante que se quiere ir con la persona fallecida.

A veces estas respuestas se intensifican o tienen una duración elevada; en estos casos se habla de duelo complicado.

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¿Cuál es el tratamiento?

La terapia psicológica está recomendada haya o no respuestas de duelo complicado; y para conseguir buenos resultados se necesita la implicación en la terapia del progenitor y del niño. En los niños, la intervención estará condicionada por la edad y por su desarrollo madurativo. El objetivo, la expresión de emociones y sentimientos relativos a la pérdida, así como aprender a asumirla. Otros de los objetivos de la terapia será facilitar la comunicación entre los miembros de la familia y evitar mantener la muerte en secreto. En los casos de duelo complicado es necesario poner en marcha estrategias específicas para las respuestas que presenten una intensidad o duración muy elevada.

4. Trastornos de ansiedad

Es importante aclarar el término miedo evolutivo ya que éste es un componente básico en el desarrollo de los niños.

 

4.1 Trastornos de ansiedad

Tiene las siguientes características:

Se considera como una parte integral del desarrollo psicológico normal. El miedo tiene la finalidad de señalizar la presencia de un peligro.

Suelen ser transitorios y no suelen interferir con el funcionamiento emocional cotidiano, desapareciendo al poco tiempo.

La resolución de estos miedos permiten al niño generar y consolidar recursos encaminados a resolver situaciones estresantes.

Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en que vive, pero la mayoría de los miedos son universales, comenzando aproximadamente en los primeros meses de vida y extendiéndose hasta la adolescencia. La diferencia fundamental entre los miedos evolutivos con respecto a los miedos desadaptativos consistiría en que, estos últimos, interfieren de modo importante en el funcionamiento de los niños en algún área de interacción o se manifiestan con una elevada intensidad. Los trastornos de ansiedad son problemas muy comunes en niños y adolescentes.


¿Cuál es el tratamiento?

El objetivo de todas las técnicas que se utilizan es disminuir la ansiedad y aumentar la competencia del niño en la situación que se asocia con la ansiedad. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación integral del niño/adolescente y de la familia, ya que de los resultados de la evaluación se derivará el tratamiento y las técnicas a utilizar.

Las técnicas más utilizadas en psicoterapia son:

Condicionamiento Clásico
Se determina una jerarquía de miedos y el niño se expone a los miedos de forma gradual, se usan respuestas incompatibles con la ansiedad como la relajación, comida, entre otras. Técnicas de

Condicionamiento Operante
Que se manejan las contingencias que desencadenan o mantienen el trastorno y ayudan a instaurar una conductas y eliminar otras.

Aprendizaje por observación
Se le enseña al niño conductas graduales de aproximación hacia la situación que genera ansiedad, y formas diferentes de afrontarla.

Autoinstrucciones positivas
El objetivo es la anticipación de consecuencias positivas y disminuir el grado de temor al estímulo. En el tratamiento para fobia social es importante entrenar al niño o adolescente en habilidades sociales.

4.2 Trastorno de ansiedad por separación

Tiene las siguientes características:

Se considera como una parte integral del desarrollo psicológico normal. El miedo tiene la finalidad de señalizar la presencia de un peligro.

Suelen ser transitorios y no suelen interferir con el funcionamiento emocional cotidiano, desapareciendo al poco tiempo.

La resolución de estos miedos permiten al niño generar y consolidar recursos encaminados a resolver situaciones estresantes.

Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en que vive, pero la mayoría de los miedos son universales, comenzando aproximadamente en los primeros meses de vida y extendiéndose hasta la adolescencia. La diferencia fundamental entre los miedos evolutivos con respecto a los miedos desadaptativos consistiría en que, estos últimos, interfieren de modo importante en el funcionamiento de los niños en algún área de interacción o se manifiestan con una elevada intensidad. Los trastornos de ansiedad son problemas muy comunes en niños y adolescentes.


¿Cuál es el tratamiento?

Ver en el punto anterior el tratamiento para los trastornos de ansiedad.

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4.3 Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

Las obsesiones son pensamientos que el niño no puede apartar de su cabeza y que provocan ansiedad. Las compulsiones son las conductas que se hacen para aliviar la ansiedad o impedir que algo malo suceda, y las más frecuentes en los niños son lavado ritualizado de manos, necesidad de repetir, chequear y contar, y rituales a la hora de dormir. Algunos de los comportamientos que hacen sospechar de este problema son:

Borran sus escritos o dibujos de forma repetida
Repiten frases o palabras
Releen una y otra vez los textos escolares sin poder finalizar el estudio
Uso exagerado de la ducha y del lavabo
Manos agrietadas, secas y enrojecidas
No toleran que otras personas toquen sus cosas o a ellos


¿Cuál es el tratamiento?

Ver en el punto anterior el tratamiento para los trastornos de ansiedad.

4.4 Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Los niños que presentan este problema muestran una excesiva preocupación y temor a diversas situaciones de la vida cotidiana, y van cambiando los focos de preocupación de una semana para otra. Los niños con este trastorno son obedientes e inhibidos y evitan la realización de deporte por miedo a herirse. Los síntomas más característicos son:

Preocupación crónica y excesiva
Necesidad excesiva de ser aceptados
Quejas somáticas frecuentes
Mal humor


¿Cuál es el tratamiento?

Ver en el punto anterior el tratamiento para los trastornos de ansiedad.

4.5 Fobia social en niños

En la infancia se expresa en forma de llanto, oposición, berrinches y una necesidad imperiosa de evitar la situación social. Los niños con este problema presentan también bajo estado de ánimo, poca confianza en sus habilidades y una fuerte tendencia a ser obstinados. A diferencia de los adultos, los niños no tienen porque reconocer que el miedo es irracional. Los síntomas más específicos son:

Marcado y persistente temor sobre uno o más aspectos del rendimiento social
Temor intenso a la crítica y humillación en público
Miedo a estar con personas diferentes a los amigos o familiares
La exposición a situaciones sociales casi siempre provoca ansiedad


¿Cuál es el tratamiento?

Ver en el punto anterior el tratamiento para los trastornos de ansiedad.

4.6 Fobia específica en niños

Es uno de los problemas de ansiedad más frecuentes en los niños, y se caracterizan por la existencia de un temor exagerado e irracional a un objeto o situación determinada e interfieren de forma negativa las áreas del menor. Las fobias específicas más frecuentes son a los animales, a irse a dormir, la oscuridad, fobia escolar. A diferencia de los miedos evolutivos, las fobias específicas no desaparecen entre los seis y los ochos meses de haber aparecido.


¿Cuál es el tratamiento?

Ver en el punto anterior el tratamiento para los trastornos de ansiedad.

5. Trastornos de la alimentación

Los trastornos de alimentación son cada día más frecuentes y preocupantes en nuestra sociedad, sobre todo por las edades tempranas a las que se producen.

 

5.1 Trastornos de la alimentación en niños

La delgadez se ha convertido en el ideal de belleza, aumentando así la preocupación por el aspecto físico: dietas, gimnasios, masajes, cremas adelgazantes, pastillas, comida, nos transmiten la idea de que la delgadez es socialmente aceptada. Para que una persona desarrolle un trastorno de este tipo deben darse una serie de factores relacionados con las características psicológicas del individuo, el contexto social y familiar y sus acontecimientos vitales.


¿Cuál es el tratamiento?

La elección del tratamiento, una vez diagnosticado el trastorno de alimentación, va a depender de las características personales, su gravedad, y el tipo de enfermedad que padece. Pueden necesitar reclusión en centros adecuados y por su puesto tratamiento médico en los casos más graves.

La intervención se va llevar a cabo en tres niveles: psicológico, médico y familiar, persiguiendo algunos los objetivos siguientes:

A nivel psicológico: crear una buena relación terapéutica con el/la paciente para su cooperación, modificación de actitudes hacia la apariencia corporal, comida y peso, mejorar su autoestima para aumentar la seguridad en sí misma.

A nivel médico: establecimiento de hábitos de comida y peso saludables, desaparición de los episodios de bulimia.

A nivel familiar: informar a la familia sobre el tipo de conducta a realizar ante determinados comportamientos, modificar las relaciones familiares.

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5.2 Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa consiste en una pérdida voluntaria de peso y un intenso temor a engordar. Mantienen sentimientos de desagrado con su cuerpo, problemas para reconocer la sensación de hambre y saciedad y pueden sentirse hinchadas o tener nauseas después de comer poco.
Los principales síntomas de la anorexia son:

  • Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy bajo
  • Sensación de estar gordo/a, o de que algunas partes de su cuerpo están gordas (nalgas, muslos, abdomen…). Pueden estar realmente delgados/as y seguir viéndose gordos/as ante el espejo
  • Amenorrea (retirada de la menstruación)
    Lanugo (aumento del vello)
  • Ejercicio físico excesivo
  • Conducta alimentaria extraña (comer de pie, cortar los alimentos en trozos pequeños, esparcirlos por el plato, revolver la comida o secarla para evitar la grasa)
  • Episodios de bulimia (comida compulsiva), provocación del vómito y uso de laxantes
  • Aumento de las horas dedicadas al estudio y disminución de las horas de sueño

Estos síntomas pueden producir estado de ánimo depresivo, pérdida de pelo, piel seca, hipotensión, bradicardia, baja temperatura, deshidratación, aislamiento social, irritabilidad, relaciones familiares alteradas.


¿Cuál es el tratamiento?

Ver tratamiento para trastornos de la alimentación en el punto anterior

5.3 Bulimia nerviosa

Se caracteriza por la realización de atracones recurrentes. El atracón consiste en la ingesta de una gran cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo. Para impedir ganar peso tras el atracón, el sujeto utiliza distintos mecanismos como la provocación del vómito, la utilización de laxantes y diuréticos, ayuno, y ejercicio excesivo.

Síntomas más comunes de la bulimia:

  • Preocupación obsesiva por la comida, con deseos irresistibles e incontrolables de comer, haciéndolo de forma voraz en un corto periodo de tiempo y generalmente a escondidas
  • Peso normal o ligero sobrepeso
  • Vómitos autoprovocados
  • Menstruación irregular
  • Abuso de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos
  • Provoca en la persona lesiones en las manos debidas a la provocación del vómito, diarreas y vómitos incontrolables, oscilaciones en el peso, depresión, amenazas de suicidio, obsesión por la comida, baja autoestima y aislamiento social.

¿Cuál es el tratamiento?

Ver tratamiento para trastornos de la alimentación en el punto anterior

6. Trastornos de la eliminación

Enuresis y encopresis

 

6.1 Enuresis

Consiste en una emisión repetida de orina en la cama, durante el sueño o en la ropa del niño de forma involuntaria, después de una edad en la que el niño debería haber adquirido la continencia urinaria, normalmente entre cuatro y cinco años.

Las causas pueden deberse a múltiples factores como un retraso en la percepción del reflejo de la micción, es decir, el niño no es consciente de la sensación de presión cuando tiene la vejiga llena y por ello no se levanta a hacer pis, factores emocionales y sucesos estresantes, componentes genéticos, sueño muy profundo. Puede llegar a producir consecuencias negativas en la vida del niño además de generar malestar en la familia, así el niño puede manifestar malestar, inseguridad, baja autoestima, sentimientos de vergüenza y limitaciones en sus actividades sociales.

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¿Cuál es el tratamiento?

Tiene cómo objetivo corregir las deficiencias de aprendizaje implicadas en su etiología. Será importante para el tratamiento identificar la causa que lo produce.
En general, para que el niño controle el pis debe aprender mediante las técnicas conductuales apropiadas, una serie de habilidades con tratamientos de condicionamiento asociados a refuerzos positivos, desculpabilizando al niño y ofreciéndole mucho afecto y comprensión.

6.2 Encopresis

La encopresis consiste en una evacuación repetida e involuntaria de las heces en lugares inadecuados: armarios, suelo, en la propia ropa, después de los cuatro años de edad. Comprende desde el simple manchado de ropa hasta la evacuación de mayor cantidad de heces.
Puede deberse a múltiples factores, tales como, el estreñimiento crónico, un entrenamiento inapropiado: por ser entrenado a una edad muy temprana, ser demasiado exigente, por utilizar procedimientos coercitivos de presión o castigo, las propias experiencias (de malestar, dolor y/o incomodidad) asociadas a la defecación. acontecimientos vitales estresantes en la vida del niño o trastornos emocionales.

Tiene efectos muy perturbadores para el niño y su familia, se siente avergonzado e infeliz, cree que está haciendo algo malo y que es una carga para la familia, tiende a aislarse para evitar situaciones de interacción comprometidas y provoca escasa popularidad entre sus compañeros. Es esencial trabajar estos problemas e informar a los padres sobre cómo funciona el trastorno para que puedan comprenderlo y manejarlo adecuadamente.


¿Cuál es el tratamiento?

No existe una solución mágica que pueda resultar adecuada para todos los niños con encopresis, debido a que se origina por múltiples factores. El tratamiento debe derivarse de los hallazgos de la evaluación. Los procedimientos más aplicados son:

Tratamiento dietético
Entrenamiento en hábitos defecatorios
Diversas técnicas operantes ( estrategias de recompensas para el éxito en el control de evacuaciones y de consecuencias leves no humillantes para la falta de éxito)
Fundamental desculpabilizar al niño y a los padres

7. Trastornos de la hiperactividad en niños

Con o sin déficit de atención (TDAH)

 

¿Qué es el TDAH?

Es uno de los trastornos más frecuentes en la infancia. Se inicia siempre en la infancia y sus síntomas aparecen antes de los 7 años de edad. Los datos epidemiológicos son muy dispares y oscilan desde una tasa de prevalencia del 1% hasta el 20%/30%. En general, los distintos autores establecen una tasa entorno al 5%, cuando se basan en una estimación de datos clínicos. Esta cifra puede elevarse hasta el 20% cuando los datos provienen de padres y profesores.

Los síntomas principales son: Hiperactividad: el niño no puede parar quieto, no reposa, es exageradamente activo…Dificultades de atención y concentración: se distrae con facilidad, interrumpe sin venir a cuento, parece que no escucha…Impulsividad: no valora el peligro, realiza actividades de riesgo para su edad, no espera su turno…

¿Cómo se diagnostica? Debe realizarse por un médico especializado en tales trastornos o un psicólogo clínico. Es necesaria una evaluación para diferenciar otros problemas asociados: síntomas asnsiosos-depresivos, malestar emocional, trastornos de conducta, etc. La información se debe complementar con la opinión de padres y profesores.

¿Cuáles son las causas? No existe una única causa e influyen diversos factores: genéticos, neuroquímicos, del desarrollo, y también no genéticos. Hoy se sabe que el curso es a largo plazo y a menudo existe comorbilidad con otros trastornos: Trast. Negativista desafiante, Trast. De adaptación, Trast. Del aprendizaje.

¿Cómo evoluciona? Los síntomas de hiperactividad llegan a disminuir con la adolescencia y presentan menor inquietud y movilidad. El déficit de atención se hace persistente y suelen presentar mal rendimiento escolar.


¿Cuál es el tratamiento?

La intervención adecuada requiere, por necesidad, de un tratamiento combinado (farmacológico, psicológico y psicoeducativo) y un seguimiento largo. Los objetivos fundamentales son reducir la sintomatología del trastorno y proteger la autoestima del niño. Los objetivos principales: reducir la actividad, mejorar la atención sostenida, controlar la impulsividad y la agresividad, mejorar la relaciones familiares y sociales, por último intentar cultivar un estilo de vida lo más reflexivo posible en estos niños.

El tratamiento debe prestar atención a los padres, a los niños y los profesores. Se utilizan diversos programas y técnicas: Reforzamiento positivo y extinción economía de fichas, castigo (no como venganza, sino para disminuir conductas negativas) autorregulación, control de la irritabilidad, técnicas de resolución de problemas, autoinstrucciones, sobrecorrección.

¿Qué pueden hacer los padres? Nunca culpabilizar al niño, el no es “malo” sino que tiene un problema. Deben colaborar no solo los padres sino involucrar a todos los que interactúen con el niño. Dedicar tiempos específicos al niño a diario, relajadamente y sin interferencias. Transmitir al niño amor y cariño. Demostrar reconocimiento a las conductas adecuadas, por pequeños que sean. Poner normas y límites claros dando instrucciones breves y claras. Asegurarse de que el niño ha comprendido lo que le pedimos. Llevar una agenda para anotar deberes. Intentar mantener rutinas. Castigar si se considera necesario de forma proporcionada y educativa. Negociar pequeñas metas.

El pronóstico de mejora es satisfactorio si se sigue un programa psicológico eficaz y constante, a la vez que no se abandona el tratamiento farmacológico. En muchos casos la medicación es abandonada al llegar a la adolescencia, siempre que los resultados del tratamiento así lo aconsejen.

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8. Trastornos del sueño en niños y adolescentes

Los trastornos del sueño son frecuentes en la infancia, no suelen tener consecuencias graves, pero son bastante molestos para la familia. Habitualmente son provocados por circunstancias ambientales y generalmente se remedian con breves y sencillas intervenciones terapéuticas con sencillas técnicas para que el niño adquiera hábitos saludables.

En esta sección te presentamos los trastornos más frecuentes en niños.

 

8.1 Insomnio por hábitos incorrectos

Es el trastorno del sueño más frecuente en los niños, afectando a más del 30% de la población infantil. Suele aparecer entre los 6 meses y los 5 años. Se considera que un niño sufre insomnio si al menos dos veces por semana necesita más de 45 minutos para quedarse dormido, o si se despierta totalmente al menos una vez por semana sin poder dormirse de nuevo. La causa está relacionada con una adquisición inadecuada de hábitos de sueño y el tratamiento adecuado es la reeducación de dichos hábitos.

8.2 Insomnio por causas psicológicas

Este tipo de insomnio es más frecuente a partir de los 5 años. Se relaciona con las dificultades de adaptación a nuevas situaciones o cambios (comenzar la guardería o el colegio) que puede generarles tensiones; en ocasiones la oscuridad o la soledad producen miedo o ansiedad, desencadenando problemas con el sueño. El tratamiento de elección es la psicoterapia dirigida a mejorar las tensiones y la ansiedad que mantiene el problema.

8.3 Pesadillas

Son sueños que producen miedo y que normalmente despiertan al niño. Suelen despertarse conscientes y son capaces de contar lo que ha pasado. Se producen, generalmente, al final de la noche y pueden persistir hasta la edad adulta. Su aparición se asocia con estados de ansiedad o preocupación.

8.4 Terrores nocturnos

A parecen normalmente a los 2-3 años, aunque pueden ocurrir hasta los 11 años. El niño se muestra agitado, angustiado, grita, llora, suda. A diferencia de las pesadillas, en los terrores nocturnos el niño no recordará nada de lo que ha ocurrido, por lo que interrogarle no generará más que confusión. Suelen producirse en las primeras horas de la noche. Entre las causas se apuntan factores psicológicos como la tensión emocional o la ansiedad. Generalmente se resuelven espontáneamente; cuando no es así , el tratamiento va dirigido a abordar los problemas conductuales que generan tensión (problemas escolares, relaciones con los padres o hermanos, etc)

8.5 Síndrome de apnea del sueño

Consiste en la obstrucción de la vía aérea superior durante el sueño, provocando episodios de paradas respiratorias, esto produce despertares continuos y una excesiva somnolencia durante el día. Pueden aparecer en niños de todas las edades.
Las causas son variadas: hipertrofia de amígdalas y/o adenoides, obesidad, trastornos maxilofaciales y trastornos neurológicos. La causa mas frecuente es la hipertrofia de amígdalas y/adenoides y se resuelve con la extirpación. Los tratamientos psicológicos van dirigidos a reeducar los factores de riesgo como la reducción de peso, incremento de actividad física, disminución de ingesta y cambios posturales durante el sueño.

8.6 Narcolepsia

Suele iniciarse en la adolescencia y se caracteriza por cuatro síntomas:

  • Somnolencia diurna acompañada de ataques repentinos de sueño (generalmente de 15 a 20 minutos)
  • Cataplexia (pérdida del tono muscular que va desde la pesadez de párpados o brazos hasta el desplome del cuerpo)
  • Alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas (imágenes intensas de ensoñación antes de dormirse o justo al despertarse)
  • Parálisis del sueño (imposibilidad de moverse o hablar momentos antes de dormirse o al despertarse)

La causa parece ser una combinación entre susceptibilidad genética y factores medioambientales y bioquímicos. El tratamiento óptimo el farmacológico combinado con terapia.

8.7 Sonambulismo

La prevalencia se sitúa entre 4 y los 8 años. El niño sonámbulo, estando dormido, se levanta de la cama y realiza actividades cotidianas para él. Algunos factores que predisponen el sonambulismo son la fiebre alta, la falta de sueño, algunos medicamentos. No requiere tratamiento pero sí precauciones para evitar que el niño pueda hacerse daño durante el episodio de sonambulismo.

8.8 Bruxismo

Consiste en el rechinar de dientes durante el sueño, pudiendo producir como consecuencia el desgaste de los dientes. Los niños suelen quejarse de dolor en las mandíbulas, cansancio en los músculos de la masticación y sensibilidad en los dientes al despertar. El tratamiento combina terapia y tratamientos dentales.